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Rota
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Un día como hoy, todos los cristianos del mundo conmemoramos la pasión y muerte de Nuestro Salvador Jesucristo en la cruz del Calvario, mejor conocido como, “Viernes Santo”. Este relato lo podemos encontrar en el libro de Lucas Capitulo 23.
La vida del hijo de Dios llego a su fin en la tierra, cumpliendo así lo que las Sagradas Escrituras habían profetizado en Isaías 53:5-7:
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.
Cuanto dolor en la tierra en medio de sus seguidores. Cuanta tristeza en el cielo, en medio de los angeles. Sus seguidores lo conocían bien, sus corazones no podían con tanto sufrimiento. Asi como también, me imagino que los angeles no se podían contener al ver todo lo que estaba aconteciendo con el hijo de Dios, en esos momentos crucificado en la cruz del Calvario.
Asi fue el fin de su vida aqui en la tierra. Pero todo esto tenía que pasar, todo esto tenía que suceder, por ti, por mi. Jesús entregó su cuerpo y derramó su sangre para limpiar nuestros pecados, y reconciliarnos con Dios. El amor de Dios por nosotros es tan grande que sacrificó a su hijo unigénito para que hoy en día tu y yo seamos libres, vivamos libres, y tengamos acceso a la vida eterna.
Querido hermano(a) que lees, cuando te ama Dios, cuanto anhela Dios que vivas una vida libre del pecado, libre de condenación, llena de amor y de paz. En este día, te invito a que si no lo has hecho, recibas a Jesus como tu Señor y Salvador. ¡Libérate de la esclavitud del pasado! ¡Libérate de la esclavitud del pecado! ¡Date una oportunidad! La oportunidad de conocer a Cristo y vivir una vida libre de condenación, libre de amarguras, y vivirla agarrado(a) de la mano de Jesús.
Repite la siguiente frase: Señor Jesus, perdona mis pecados, hazme libre, ven a vivir en mi corazón, te recibo como el Salvador de mi alma. En el nombre de Jesus. Amen.
Si hiciste esta oración, hay fiesta en el cielo. Tu nombre a sido escrito en el libro de la vida. ¡Bienvenido a la familia de Cristo!
¡Que Dios te bendiga!
Ana Agila, Presidenta de Personal Tax Express, LLC, madre, hija, tia, hermana, amiga, y frecuente colaboradora del blog de la iglesia.
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